9 mar 2010

INTRODUCCION DEL LIBRO

Los expertos nacionales nunca demostraron particular interés por los públicos de cine. Efectivamente, las investigaciones en Bolivia se inclinaron mayoritariamente por la documentación de las estéticas, repasando cuando mucho las dificultades del sector productivo.

Resulta curioso este desapego, considerando que los espectadores desempeñan un rol protagónico en la Industria. Vinculando el Imaginario Colectivo con la representación cinematográfica, componen el primer eslabón de una cadena creativa.

Su influencia más directa, sin embargo, se ejerce sobre el aspecto económico. Actualmente, no se puede planificar el desarrollo comercial de una película, basándose únicamente en méritos propios. Al contrario, se requiere de un examen más complejo que analice las expectativas culturales de los diferentes grupos del mercado.

Lo que hoy llamamos “basura”, quizás mañana nos parezca “arte”, en virtud a la dinámica existente entre el Establishment y la Resistencia. No deben menospreciarse las elecciones de la gente, cuando se confrontan a los dictámenes del medio.

Mi estudio aborda estas cuestiones, respaldándose en los hábitos de consumo que serán entendidos a lo largo del texto como prácticas culturales. Se trata pues de describir las formas de relación que se establecen entre los públicos, el filme y las salas.

Comenzaremos por detallar los fundamentos teóricos de la investigación, para proseguir con una explicación estadística del fenómeno. Más adelante, reflexionaremos sobre la evolución del mercado, desde un panorama general y a partir de sus más remotos inicios. Terminaremos contrastando la oferta con la demanda, para obtener conclusiones generales respecto a la cohesión del campo cinematográfico nacional.

Es sin duda un trabajo completo que examina las dinámicas de apropiación del espectáculo público, pero también identifica las características socioculturales de los consumidores. Alude esencialmente a tres fuentes: Un primer estudio realizado a finales de los noventa, una segunda pesquisa que comienza en 2005, y una tercera parte especialmente redactada para el Concurso.

No me queda más que agradecer a la Fundación Educación para el Desarrollo FAUTAPO que, a través de su Proyecto de Apoyo al Arte (PROAa), permite la consecución de investigaciones independientes que aseguran la imparcialidad de los datos recolectados, frentes a las “presiones” habituales del medio. Esta orfandad institucional, de hecho, me permite evitar los compromisos, las obsecuencias y las inmunidades de cualquier tipo. No puedo olvidar mencionar a mis colegas comunicadores que desinteresadamente contribuyeron a mi labor durante años; la Revisita de Arte y Cultura “Palabras Más”, especialmente.

Gracias a mi familia, por inspirarme, por esas tardes felices que pasamos en los cines.

Pablo Ponce G.